Mohammed Ali Baashi, somalí de 18 años de edad, ha sido lapidado como condena por violar las normas islámicas, que estipulan como delito cualquier práctica homosexual.

Los focos de la atención mediática internacional han vuelto a centrarse en la crueldad de los actos llevados a cabo por los rebeldes islámicos en el continente africano. En esta ocasión, la infracción a los más esenciales derechos fundamentales de la persona se ha producido en Somalia, en la ciudad de Barawe, a escasos 50 kilómetros de la capital, Mogadiscio.

Según la revista LGTB Advocate.com, un joven de apenas 18 años, Mohammed Ali Baashi, ha sido apedreado hasta la muerte tras ser enterrado en la tierra hasta el pecho, tal y como marca este horrendo castigo musulmán. Con la intención de que sirva como escarmiento para el resto de la población, los habitantes de la ciudad fueron obligados a presenciar la lapidación.

El motivo de tal castigo no fue otro que el reconocimiento del delito de sodomía por parte del joven somalí. Lo más sangrante del caso es que en la misma investigación, otro hombre fue declarado culpable de un delito de asesinato, pero su pena fue el fusilamiento. En palabras del propio Juez «hemos investigado, y este hombre (por el joven gay) ha hecho cosas que los musulmanes no deben hacer. La homosexualidad está más penada en el Islam que el asesinato«.

Ni la presión de Naciones Unidas ni las reivindicaciones de los colectivos LGTB a lo largo de todo el mundo, han sido capaces de evitar un nuevo caso de flagrante atentado contra los más esenciales derechos fundamentales del individuo, la libertad sexual. Libertad continuamente vulnerada por los grupos radicales islámicos, como en este caso, El Shabaad, muy cercano a Al Qaeda.

http://noticias.universogay.com/joven-somali-muere-tras-ser-condenado-a-la-lapidacion-por-sodomia__28032013.html