Probablemente El Hermitage no sea uno de los museos más conocidos por la mayoría de los que me leen… Yo tampoco lo conozco en  vivo y en directo,…aun.
Esta muestra, abundante y completa, que el Año Dual España-Rusia 2011 nos ha traído al Museo del Prado hará que se despierten muchos deseos por ver,”in situ” y con todo el esplendor de su decorado original, el célebre museo.
Aviso desinteresado y amistoso a quien se acerque al Prado. Aparte de hacer la reserva de la visita, sin la cual es imposible entrar, no pretender zamparse  “El Hermitage” de una tacada. Llegará un momento de la visita, en que los ojos se rendirán ante tanta belleza, la mente no podrá seguir almacenando más datos  (y si te agenciaste un audio guía, aun más), y se impondrá una pausa. Pausa más difícil de hacer cuanto que hay pocos bancos para reposar, no se puede salir de la muestra una vez has entrado, y el público, aunque dosificado por los turnos de reserva, llena las salas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pero, mientras vas paseando por las salas donde cuelgan Caravaggio, Tiziano, Velazquez, Rembrandt, El Greco, Monet, Picasso o Matisse, acercándote a las vitrinas donde el oro escita o las joyas de Fabergé brillan, puedes intentar imaginar cómo se creó una colección así.  Como la sola voluntad de los zares: Pedro I “El Grande”, Catalina II “La Grande”, Nicolás I, Alejandro II, Nicolás II,… pudo llenar un palacio inmenso como el Palacio de Invierno, ya por sí mismo, una maravilla arquitectónica.

Les diría, les recomendaría que, en cuanto acabasen de leer esta breve y simple reseña, reservasen su visita. La muestra dura hasta el 25 de Marzo, pero el tiempo pasa veloz.
Y así, todo lo que yo no he podido escribirles ahora porque aun estoy deslumbrado e intentando ordenar todas las obras maestras que vi, las tendrán de primera mano, maravillosas, esplendidas y magnificas como los palacios que las albergan y los zares que las reunieron.

José Massagué