Fue allá por 1988, cuando una entonces desconocida Tracy Chapman nos enseñó con voz rugosa, que cuando se habla de una revolución, se hace susurrando, “like a whisper”, para ser correcto.
Tracy Chapman, ha vuelto a caer en el olvido, y de las revoluciones, que hoy en día se parecen más a un botellón, que a otra cosa, se habla por Facebook y la versión de Twitter para I-phone.

Pero, para Quique, Tracy se ha reencarnado en un alocado canario, que en su jaula aguarda pacientemente el inminente traslado de su dueño y el novio de éste, el catalán-andaluz Oriol, al fin del mundo, vamos, a Australia.

Oriol y Quique forman una de las parejas más estables del madrileño barrio de Chueca. Como sacados de la vida misma, dejan que los celos (Quique) y los recuerdos de un antiguo amor (Oriol) arrojen sombras sobre su felicidad, que en tono humorístico preparan al espectador para una larga serie de carcajadas.
La obra de teatro “Crazy Tracy”, que en la web de Azarte se presenta como “comedia musical”, (y que, en realidad, podría limitarse al primero de los dos calificativos, ya que en ningún momento cede a la música el suficiente protagonismo, como para definirse a través de ella,) no despega hasta que no entre en escena el ex-novio de Oriol, Lolo, recién llegado desde Londres con el objetivo de despedirse de éste. Para más INRI viene acompañado por su nueva pareja, el guapo “personal shopper”, Óscar.

Este inesperado reencuentro que en principio debería ser amistoso, se convertirá en un cruce de sentimientos desbordados, inseguridades, miedos, risas, penas, verdades y mentiras que harán que se replanteen, si el amor de su vida es la persona que tienen as su lado, o es el que está al lado del otro.
Agárrense bien a sus asientos, estimados espectadores, que el cuarteto dispara con puntería: al más puro estilo de los programas de “corazón” de los sábados por la noche, nuestras maricas (no tan) malas de “Crazy Tracy” se tiran los trastos a la cabeza, eso sí, con una capacidad de evocar risas interminables, que le resta el poco interés que pueda tener la alternativa televisiva.
Paco Rodríguez es el alma mater de “Crazy Tracy”: No sólo como autor de laobra ha demostrado un talento para encontrar lo hilarante entre lo cotidiano, sino también constituye el eje central de la función dándole vida y cuerpomediterráneo al personaje principal, Oriol.

Más información y próximas representaciones se pueden consultar en: http://salmorejoteatro.blogspot.com/.

Frieder M. Egermann - frieder@vivalia.com

Frieder M. Egermann – frieder@vivalia.com