La FALGBT, Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, rechazó la designación de Marino mediante un comunicado de su presidente Esteban Paulón, quien expresó «consideramos un retroceso grave por parte de la jerarquía de la Iglesia Católica este premio a Marino ya que no sólo implica una provocación a todo el colectivo LGBT sino una afrenta a los amplios sectores políticos y sociales que apoyaron la aprobación de la Ley de la Igualdad, entre los cuales se encontraba una porción importante de las y los creyentes católicos.»
Marino tuvo gran exposición mediática en la posición de la Iglesia Católica ante el tratamiento de la Ley de Matrimonio Igualitario y Adopción, entre muchos de sus dichos consideró la existencia de “una campaña para instalar en los medios este tema como algo natural como el agua, o normal como la heterosexualidad”, e intentó explicar que la Iglesia tiene “una verdadera preocupación pastoral por las personas de tendencia homosexual”, a la que consideró una “patología”.
Marino también había considerado que «las personas que practican la homosexualidad padecen de más ansiedad, tienen más tendencia al suicidio y consumen con más frecuencia estupefacientes» lo que fue rechazado ampliamente en su momento por la comunidad científica y la Federación Argentina LGBT.
De esta manera la Iglesia Católica deja al descubierto su demostración de poder, en cuanto hace poco tiempo expulsó de la misma al sacerdote Nicolás Alessio por haber apoyado abiertamente los derechos civiles de las personas con distinta orientación sexual al Matrimonio y la Adopción.

Por: Alexander Rocha/www.universogay.com