Italia ha quedado en los últimos años, dentro de Europa, al final de la lista de progreso social, ante el nulo avance de los derechos humanos de su sociedad.
Las lesbianas, gays, transexuales y bisexuales son las personas que más han notado dicho estancamiento del progreso, al no poseer los mismos derechos que el resto de ciudadanos y no contar con un activismo tan activo como en el resto de países europeos.

En dicho clima, y ante las declaraciones homófobas que continuamente vierte el Primer Ministro del país, Silvio Berlusconi, sin pudor alguno, un alcalde de una región italiana ha manifestado sus intenciones de prohibir la homosexualidad en las calles.
El alcalde de la ciudad de Treviso, Gian Paolo Gobbo, manifestó a los medios de comunicación su posición favorable a establecer multas contra los hombres que se besen con otras personas de su mismo sexo en las calles, ante lo que califica como una cuestión de «decoro público».
El alcalde manifestó que hay «ciertas cosas que se deben hacer en situaciones privadas».